Cartas para Nadie escritas después del aislamiento y distanciamiento social por el coronavirus. Trigésimo séptima carta.

3 de Abril de 2023

¡Hola! Mis ausencias se prolongan cada vez más. Te escribía una vez a la semana hace tres años, cuando comenzó la pandemia, ahora me tardo meses en hacerlo. Cuando el silencio pesa tanto, es difícil compartirlo.

Mi espalda me está enseñando a tener paciencia, a ponerle más atención a mi cuerpo, a recuperarme. Sin embargo, el dolor no se esfuma todavía. Llega en dosis más pequeñas pero no puedo correr ni pasear a mis perritas. Por semanas no pude pasar mucho tiempo sentada ni tampoco escribir.

Esta tarde, sentada frente a mi escritorio, te pregunto, ¿ por qué leer los devaneos de una persona como yo? Admiro tu tolerancia, mis cartas siempre tienen tu atención y no podría estar más agradecida.

Sabes, antes de llenarme de cuadernos, yo soñaba con ser pintora pero me resultaba imposible expresar con dibujos el universo en mi cabeza. Mis trazos eran torpes. Al parecer, no tenía habilidad para hacerlo. Me hice amiga de la pluma para sobrellevar mi frustración. Descubrí que con ella podía construir ese universo y millones más. Tenía el alma rebosante de música y confianza. Me enamoré de las palabras. Ellas me pertenecían. Por fin había encontrado algo mío, sólo mío. Era dueña de una libertad inagotable para cantar con la tinta, despreocupada y cursi, sin juzgar mis versos. Era como si tuviéramos un romance: ya no estaba sola. Mi mayor deseo era pasar mi tiempo con ellas (a dónde fuera llevaba mis cuadernos, plumas).

Fue en mis veintes cuando dejaron de ser música. La vergüenza me obligó a extirparme lo cursi (para mí, sinónimo de ridícula ). No las abandoné: sin ellas no hubiera sobrevivido al naufragio de mi autoestima. Unas décadas después, escribir se ha vuelto una lucha donde busco dejar de ser un lugar común, dejar de juzgarme. Es el escenario donde contengo la sangre de mis heridas todavía abiertas. Antes las palabras bailaban dentro de mí, me sentía orgullosa por tenerlas conmigo, siempre en la punta de la lengua, de los dedos, siempre listas para derramar mi voz por doquier. Ahora no puedo ni tocarlas, no me atrevo a llamarlas. La tinta de mi ser está seca. Mi pecho reprimido permanece inmóvil. Mi garganta grita nada. Habla nada. Suena a nada.¡A nada! Soy la Carla nada, en su mundo de nada, con el cuaderno de nada, en la nada.

Siento nostalgia de las tardes y madrugadas felices cuando llenaba de locuras mis cuadernos sin conocer el síndrome de la hoja en blanco. Mi yo adolescente estaría triste de encontrarse en un futuro sin poesía, donde ha sido devorada por su inclemente autocensura. ¿Cómo despego los pies de la tierra? ¿Cuándo dejé de usar mis alas? No lo sé, pero me duelen los omóplatos de tanto extrañarlas.

Nadie, no importa cuánto me torture: soy y he sido siempre estúpidamente cursi, soñadora y frágil. Me aterra perderme en el desbordado río de mi sensibilidad. Por eso, alguna vez, construí muros para protegerme. Sin darme cuenta me condené a la cárcel del silencio donde mi voz no existe. Nadie, estoy aprendiendo a reparar mi cuerpo pero no tengo idea de cómo salir de aquí. Quizá estas cartas me ayuden a construir una puerta, a generar un terremoto que derrumbe estas paredes. Por eso seguiré escribiéndote.

Cambiando de tema, tengo una buena noticia. ¿Te acuerdas de Ayla, mi perrita rescatada? La adoptamos nosotros. No estaba planeado, al principio fue muy estresante, pero no me arrepiento. Ella es feliz y se ha integrado bien a la manada. No entiendo cómo pasó, pero mis perritas están más tranquilas y más contentas con este cambio, inclusive Tommy busca pasar más tiempo con ellas. Por sí todavía lo dudabas, queda comprobado: soy la Loca de los perros.

Con respecto a la pandemia, en medida de lo posible las cosas vuelven a la normalidad. No extraño el cubrebocas ni un poquito, ya puedo respirar sin ansiedad. Me encanta poder ver las sonrisas de las personas, no tienes idea cuánta falta me hacía verlas.

Hasta pronto, querido Nadie. Te dejo una foto de Ayla y de la manada completa. Espero te contagien su alegría.

Ayla en su hogar, al fin.
Nuestra manada

Carla

~ por Naraluna en abril 5, 2023.

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