Roadtrip y una Navidad en Phoenix, Arizona. 2. De Acuña a Roswell

Era domingo y en Acuña hacía mucho frío. Apenas salimos a la calle y el viento helado se filtraba en mi nariz. Eran casi las diez de la mañana y ya estábamos en la fila para cruzar la frontera. Estábamos casi listos, sólo nos faltaba comprar el seguro americano para nuestro automóvil (requisito indispensable para poder manejar en Estados Unidos). El problema fue que los lugares para comprarlo estaban cerrados. Lo más que conseguimos fue la dirección para conseguirlo en Estados Unidos, después de haber cruzado la frontera. Eso no nos sucedió cuando llegamos por Nogales, esa vez había varios lugares abiertos en domingo a las 7 de la noche.

La fila para llegar a la aduana no era muy larga y yo estaba muy nerviosa. Mirar las nubes me relajó un poco. También las mañanas frías son hermosas.

Pasando la frontera en Del Rio.

Para poder entrar a Estados Unidos, hay que tramitar un permiso de entrada que cuesta 6 dólares por persona. Si no hay gente, no toma mucho tiempo hacerlo. En Nogales primero se cruza la aduana y después se tramita el permiso, el agente nos dio indicaciones de dónde hacerlo. En Acuña primero se tramita el permiso en una oficina a un lado de la aduana y después nos formamos en la fila donde los agentes revisan los documentos. Afortunadamente pasamos sin inconvenientes.

Una vez en Del Rio, Texas (así se le llama al otro lado de la frontera), fuimos a comprar el seguro para el automóvil. También ahí estaba cerrado. Eso me causó mucha angustia. Buscamos en internet y por suerte encontramos un sitio confiable que no sacó del problema. Ya con el seguro listo, pudimos seguir avanzando.

A sólo unos kilómetros, se siente la diferencia con México. En esta carretera casi no había señalizaciones. Afortunadamente teníamos el GPS del celular (Google Maps) que nos indicó qué ruta seguir y dónde desviarnos. Gracias a eso no nos perdimos y llegamos siempre a nuestro destino. Otro detalle importante: durante varios kilómetros no hay ni gasolineras ni baños y, por lo mismo, hay que tomar precauciones. Por cierto, los baños son gratuitos, por lo general se encuentran en las tiendas equivalentes al Oxxo en México.

Aquí ya estábamos en zona desértica. Casi no había árboles y había muy poca vegetación. Éramos casi los únicos en la carretera. En algún momento hubo una inspección donde fue necesario mostrar nuestros permisos. Es un proceso normal que no nos quitó mucho tiempo.

No puedo negar que me preocupaba mucho el tema de la discriminación, del racismo en Estados Unidos; sin embargo, en esta zona es casi bilingüe y México está muy presente en esta parte de Estados Unidos. Me encantó encontrarme unas papas de limón en la tienda y la mayoría de los cajeros hablan español. Casi no hablamos inglés en este viaje.

Lay´s de Limón en Del Rio, Texas

Habíamos llegado al paraíso de la comida rápida. Ya teníamos hambre y nos detuvimos en el Dairy Queen. En la carretera no hay opción para regímenes alimenticios estrictos y además estábamos de vacaciones, por lo tanto, le di la bienvenida a las hamburguesas. Lo que más disfruté fue el postre: un blizzard de candy cane (bastón de caramelo) con chocolate. ¡Me gusta mucho el sabor de la Navidad!

Candy Cane Blizzard Dairy Queen

Una vez más vimos el atardecer pero esta vez no pude tomar una buena foto pues la mejor vista se encontraba del lado del conductor.

Atardecer en la carretera camino a Roswell

Alrededor de las ocho de la noche llegamos a la ciudad de Roswell en New Mexico. La ciudad estaba muy iluminada, me pareció bonita. Nos quedamos en el Days Inn. A los tres nos hacía falta descansar un rato, me hubiera quedado en el hotel si no fuera necesario cenar: yo siempre tengo hambre. Cerca estaba el Applebee’s. Con una limonada de fresa, una sopa de tomate y unos nachos que compartí con mi marido, quedé bien satisfecha.

Terminó el segundo día. Nos faltaba uno más de carretera, uno más para llegar a nuestro destino y poder ver a mi querida amiga. Antes de eso, nos esperaba una mañana en Roswell, en el museo de los extraterrestres que teníamos muchas ganas de visitar…

~ por Naraluna en enero 20, 2019.

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