Secretos en las Flores.
El viento suspira en mis oídos. Los pájaros a mi alrededor parecen tener una conversación afable. Estoy sentada con las piernas cruzadas en presencia de la Madre Tierra. Tengo los ojos cerrados para mirar lo que hay adentro. Mientras respiro estoy atenta al movimiento de mi vientre que se expande cuando inhalo. Cada vez estoy más relajada y voy encontrando paz en mi cuerpo. Aquí me siento segura, cerca de mis plantas, rodeada de cielo.

Mis flores.

Mis flores.
El silencio está colmado de voces y las sigo sin intentar descifrarlas. Inhalo despacio, contengo el aire unos segundos y lo suelto. Lo hago una y otra vez hasta que me siento muy ligera y lejos de todo lo que me angustia.
Por fin vuelvo a sentir mis alas, se desdoblan y son más grandes de lo que recordaba. Siento cosquillas en los omóplatos, eso me alegra. Ya extrañaba sentirlas. Son delgadas y traslúcidas, a veces parecen tener el color del arcoíris, otras veces pueden verse azules, violetas o verdes. Con la mente en blanco (sin pensamientos tormentosos) puedo elevarme y flotar como solía hacerlo en otros tiempos. Ahora tengo las orejas puntiagudas y empiezo a recordar quién soy.
Me abraza la Madre Tierra y sé que estoy a salvo. Donde estoy ahora no hay pensamientos aterradores ni exigencias que paralicen. Donde estoy ahora soy un hada de luz deslumbrante, libre. Conozco los secretos de las flores y tengo unas alas inquietas que pueden volar de nuevo.
Me cubre una luz dorada. Veo disolverse el dolor que nublaba mi garganta. Los grillos que cada noche me dedican sus canciones ahora me sonríen.
El viento suspira en mis oídos. Inhalo, retengo el aire tres segundos y lo suelto muy despacio. Lo hago una y otra vez, atenta al movimiento de mi vientre. Estoy relajada y en paz con mis emociones. Me hago consciente de mis piernas, de mis brazos de mi cuerpo. Después abro los ojos. Mis alas no se han ido. Estoy con mis plantas y rodeada de cielo. Las nubes forman un corazón enorme. Ahora sé que ya no quiero vivir en las sombras y ya no voy a hacerlo.

Las nubes forman un corazón enorme.
No volveré a huir de mis palabras ni a temerle a mis sueños. Nunca más olvidaré los secretos que me han confiado mis flores.
lindo post
¡Muchas gracias! 🙂