Mi Lugar Feliz
Hay lugares que me hacen sonreír de sólo pensar en ellos; Real del Monte es uno de ellos. Podría decirse que es mi lugar feliz y cuando lo visito siento la euforia de una mujer recién enamorada: veo la vida color de rosa y me invaden las palabras cursis. Me cuesta trabajo reconocerme pero eso me sucede en Real del Monte y es inevitable.
Real o Mineral del Monte es un Pueblo Mágico en el estado de Hidalgo. Es el paraíso de los pastes, los cuales fueron introducidos por los ingleses cuando llegaron a trabajar en las minas de este lugar. Un paste era la comida ideal para los mineros pues podían comerlo con las manos y sin ensuciarlo pues en el centro tenían una especie de trenza que les permitía sujetarlos. El original era de papa con carne pero ahora existen varias combinaciones incluyendo dulces (de piña, manzana, zarzamora…). Son una delicia irresistible. En este viaje me comí seis de una sentada.

Pastes el Billar, Real del Monte
Me seducen las calles de este pueblo, sus casas de colores vivos, sus empedrados, su alegría. Nos tocó un buen día para pasear: sin lluvia ni neblina, con poca gente. Fuimos a finales de diciembre, la Navidad todavía podía percibirse y también el intenso frío tan característico de este pueblo. Hay que ir bien abrigados, el viento es helado. Pudimos mirar el atardecer; y más tarde, el intenso brillo de la luna.
Al día siguiente me levanté muy temprano para pasear por última vez y disfrutar la soledad en las calles, por una hora Real del Monte fue sólo mío y fui muy afortunada.

Mañana en Real del Monte
Regresamos al Panteón Inglés y navegué en la belleza de sus enormes árboles. Ahí descansan los restos de los ingleses que vivieron y murieron en Real del Monte. Pero también los restos de irlandeses, escoceses, alemanes, chinos y algunos mexicanos. Las tumbas están alineadas como mirando en dirección a Inglaterra, excepto una, la de Richard Bell.
Fue un viaje corto, pero pronto regresaremos. Nos falta visitar las minas, los museos, caminar por el Parque el Huiloche y los pueblos mágicos que hay alrededor, como El Chico.
Cuento los días para regresar. ¡Cada vez falta menos!