Melancolía
Bebo la melancolía de la tarde
en una copa de esperanza efímera.
Mi lengua sabe a muerte.
Nos separa un mar de diluvios
y mis sempiternas brazadas
se estrellan contra la impiedad del tiempo.
En mi pecho arde el secreto del Hado,
ese lóbrego designio ineludible
de nuestra vítrea mortalidad…
Empapada por los aguaceros de la distancia,
y por el llanto del verano que se aleja,
me pregunto si podré abrazarte de nuevo.
Bebí la melancolía de la tarde
en una copa de esperanza efímera.
Hoy mi noche se viste de muerte.
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