Entre Palabras de Tatzudanza para Celebrar el Día de la Danza

Entre palabras el silencio oprime, el deseo se extingue y un beso se vuelve suspiro.

Entre palabras el abrazo de una pareja pesa como la interminable cuerda que los obliga a estar juntos. Se miran mientras la música se disuelve. Antes se movían juntos en armonía ahora están solos pero la cuerda los mantiene unidos.

Esta íntima danza comienza con la búsqueda de la libertad. Para separarse deben encontrar juntos la salida. La cuerda se mantiene firme y sólo con sus cuerpos podrán desenredarse.

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Entre Palabras Tatzudanza Teatro El Galeón

Esa cuerda que los aprisiona es la misma que les permite seguir juntos…

En la sala a media luz, yo los observo y siento una intensa opresión en el pecho. No quiero ver hacia al pasado pero esa cuerda me es muy conocida. Me duele como si me estuviera amarrando a mí.

Ellos bailan juntos en ese laberinto. Ágiles y flexibles, con movimientos lentos luchan por liberarse. Escapar es una implacable batalla que podría durar toda la vida.

Bailan y sus movimientos desgarran. Caen al suelo.  ¿Los quebrará la lucha? ¿Sucumbirán a la voluntad de la cuerda? ¿Se desamarán para liberarse?

entre palabras

Entre Palabras Tatzudanza Teatro El Galeón

Alguna vez eso fue el amor para mí: una pesada cuerda que me robó la voluntad y también la alegría.  No logro ser indiferente aunque tengo claro que esta batalla no es mía. Soy sólo una espectadora más en la sala de su duelo.

Entre Palabras

Entre Palabras Tatzudanza Teatro El Galeón

Quizá están logrando salir del laberinto: dejan la cuerda en el suelo y se levantan. Se alejan pero en sus pasos no hay alivio ni felicidad. Percibo la impotencia y el sufrimiento que llegan después de la lucha. Ninguno de los dos puede olvidarse de la cuerda.

No siempre sabemos ser libres. Me repito que esta no es mi danza y recuerdo cuando encontré mi libertad. Me siento un poco rota y un poco ansiosa. Sus movimientos tan perfectos me conmocionan. Me tiemblan un poco las manos. Quiero que se encuentren a sí mismos, que superen esta batalla, que sean libres…

No siempre vivimos finales felices. Él regresa. Extenuado y dócil se acurruca encima de la cuerda.  Ella lo mira. Intenta alejarse pero sucumbe: extenuada y dócil se acurruca encima de la cuerda junto a él. La luz se extingue y los sueños también.

Nadie habla en la sala. Los miramos sin poder movernos. Entre palabras queda el silencio que a veces mata aunque el corazón siga latiendo. Desconsolada me quedé sin lágrimas.

Unos segundos más tarde, llenamos la sala de aplausos, maravillados.

Entre Palabras con Tatiana Zugazagoitia y Tomás Gómez: una obra extraordinaria, intensa y breve. La sentí en todo el cuerpo.

 

~ por Naraluna en julio 17, 2017.

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