Feria del Tamal en Coyoacán
Hoy ha sido una hermosa tarde noche. Ya viene la Candelaria y, por lo tanto, los tamales. Desde el pasado 28 de enero y hasta el lunes 2 de febrero está la Feria de los tamales en Coyoacán. En años anteriores, esta feria se llevaba a cabo en el parque de Frida, pero desde el 2013 tiene lugar en la plaza Hidalgo de Coyoacán.
Hay más de cien puestos de tamales de diferentes tamaños y sabores. Los hay salados y también dulces. Hay también diferentes bebidas para acompañarlos: chocolate caliente, café de olla, agua prehispánica (agua de chocolate) y atoles de diversos sabores desde el típico champurrado hasta el de novia y de monja
Confieso que el año pasado esta feria fue un poco caótica pues había poco espacio y demasiada gente, los tamales estaban muy bien pero era difícil disfrutarlo. Esta vez los puestos están mejor distribuidos y a pesar de que había mucha gente, pudimos caminar a gusto.
Además, cerca de la fuente de los Coyotes, había músicos deleitándonos con una especie de batucada o murga, lo que despertó en mí las ganas de bailar (aunque no lo hice) y frente al kiosko había un espectáculo de baile tradicional. Las personas que no estaban comiendo tamales, paseaban alegremente. ¿Qué puedo decir? Me sentí feliz, muy feliz.
Me tardé un poco decidir qué comer. Además de tamales también hay gorditas, carne, comida de otros países de Centro y Sudamérica como Chile, Colombia o Panamá, entre otros. Hasta hay un puesto de comida de Siria.
Se me antojó una gordita después de ver a mi marido comerse una. La suya era de chicharrón; yo la pedí de requesón; estaba exquisita. Las gorditas en ese puesto son pequeñas y están bien hechas (es decir que comiendo una nos quitamos el antojo pero todavía tenemos la oportunidad de comer más).
Con respecto a los tamales, me quedé sorprendida con la cantidad de sabores exóticos que me encontré. De los dulces, me llamó la atención uno de plátanos con cajeta; sin embargo no pude probarlo porque ya se había agotado. Seguí buscando en otros puestos y escogí uno uno de chocolate amargo. Me supo como a una especie de brownie pero no tan dulce. Me encantó. En ese mismo puesto hay tamales de nata y también se veían muy bien.
Con respecto a los salados, yo pedí un chipilín en un puesto de Oaxaca, estaba de buen tamaño y me gustó bastante. En otro puesto, mi marido se encontró con uno de lengua en hoja santa y le encantó. Yo no lo probé pues no me gusta comer lengua.
También venden buñuelos en algunos puestos. En el puesto donde compré uno, me lo sirvieron con la miel recién hecha. Delicia.
No me encantan los tamales, pero en esta época del año y en esta feria, me gusta comerlos.
Después de comer, nos sentamos un rato a disfrutar la noche en mi amado Coyoacán.
Estuve tan contenta hoy que sentí la necesidad de compartirlo con ustedes.
Si les gustan los tamales y tienen la oportunidad de ir, pueden hacerlo este fin de semana y también este lunes día de la Candelaria, abren a las 10 de la mañana y cierran a las 9 de la noche.
Espero que tengan un muy bonito fin de semana y feliz día de la Candelaria. ¡Vamos a comer tamales!