Cartas para Nadie. Aquí.
6 de noviembre de 2025
Querido Nadie:
Prometí escribirte seguido pero a veces la vida se interpone. Poco después de mi última carta, mi perrita amada, Laika, se convulsionó varias veces. A partir de ese momento su salud comenzó a deteriorarse muy rápido. No hubo tratamiento ni medicamento que pudiera cambiar las cosas. La cuidé como ella siempre me cuidó a mí. Estuve a su lado, estuve siempre a su lado, animándola, acompañándola, meditando con ella. A pesar de los temblores en su cuerpo, de que a veces no le respondían sus patitas, era ella feliz paseando y cuando se caía, se levantaba y seguía caminando, a veces logró correr unos metros al lado de sus hermanas.
En junio cayó el diluvio más grande: nuestro querido Tommy, nuestro perrito por quince años, tuvo un accidente fatal. Cruzó el arcoíris tres semanas antes que Laika. Han pasado poco más de cuatro meses y sigue diluviando en mí. Naufrago en la culpa y en el vacío que queda desde su ausencia.
Estoy llena de lluvia y borrascas, de noches insomnes y días agotados. No sé si esta pérdida fue el detonador o qué sucedió, pero la salud abandonó mi cuerpo y el sueño me domina. Mantenerme despierta ha sido y sigue siendo casi una misión imposible.
No te preocupes, querido Nadie, ya visité al doctor y seguiré sus indicaciones, me haré los estudios correspondientes.
Ya te contaré cómo va todo y también sobre los viajes que quedaron pendientes. Un día a la vez, querido amigo. Un día a la vez.
Carla
P.D. Te comparto las fotos de la ofrenda para nuestros perritos este día de muertos y también una foto de Tommy y Laika juntos.


